miércoles, 17 de diciembre de 2008

Planes de ayuda al recién llegado

Tras acaparar todas las portadas y análisis de medios de comunicación de todo el mundo, el zapateado presidente estadounidense George W. Bush, recoge sus pertenencias de la oficina más importante de EE UU: el despacho oval. A tan sólo un mes de su despedida final, el actual inquilino de la Casa Blanca elabora una serie de planes para ayudar al presidente electo, Barack Obama, a tomar el mando del país en una situación proclive a nuevas «erupciones de la crisis económica internacional», indicaba The New York Times. A pesar de que ha habido intentos de emular la actual transición presidencial con la de hace ocho años, entre Clinton y Bush, portavoces del gabinete demócrata de transición admiten que es imposible establecer semejanzas. «Ahora nos enfrentamos a dos guerras en Irak y Afganistán, y a una lucha encarnizada contra Al Qaeda», admitía Roger Cressey a The New York Times.
Para el equipo de Bush, el nuevo presidente de EE UU podría enfrentarse a «una explosión nuclear llevada a cabo por Corea del Norte, un ciberataque a los sistemas informáticos nacionales, un ataque terrorista o un nuevo brote de inestabilidad en Oriente Próximo» (El País), en sus opening days o primeros días de gobierno. La disposición de ambos gabinetes gubernamentales –equipo electo y equipo saliente– por colaborar en un traspaso de poderes, obstaculizado por el contexto internacional, es absoluta. Ambos equipos mantendrán desde esta semana hasta el 20 de enero reuniones para cerrar algunos ejercicios de poder. Incluso, como señalaba The New York Times, el equipo de Bush ha invitado al futuro gabinete a asistir a la cumbre nacional en la que se reunirán los principales líderes de la nación «para tomar las decisiones bajo un patrón común».

Nuevas incorporaciones
Por su parte, Obama continúa colocando los pilares sobre los que se asentará la nueva gestión política de EE UU. Por un lado, nombra a Arne Duncan como futura secretaria de Educación. «Duncan es la responsable de los colegios públicos de Chicago y está considerada una reformista», detallaba El País en su edición impresa de hoy. Por otro, designa al que fuera gobernador de Iowa Tom Vilsack como futuro secretario de Agricultura y al senador por Colorado Ken Salazar como nuevo responsable de Interior. El Mundo destacaba a Vilack como una figura inestable dentro de la crítica norteamericana. «Sus detractores dicen de él que es demasiado partidario de la biotecnología agrícola pero que no es defensor de la agricultura sostenible». Se trata, sin duda, de nombramientos necesarios, pero que han pasado desapercibidos por la opinión pública estadounidense, al considerarse ministerios poco influyentes en la política de un país. Algo que es radicalmente opuesto en países europeos, como Noruega o Suecia, donde se prima la apuesta por los sectores de la educación y la agricultura.

1 comentario:

Daniel Gonzálvez dijo...

... el zapateado Bush, ¡qué hábil! menudos reflejos tiene el tío, lástima que no los tuviera para preveer la que se le venía encima con la guerra. Ahí no anduvo fino.
Parece que Obama quiere hacer los deberes a tiempo y con orden. Así es como se hacen las cosas. Que ganas tengo de que llegue al poder y empiece a tomar decisiones, y que tú las reflejes en tu bitácora.

Ánimo!