lunes, 29 de diciembre de 2008

Acumulación de crisis en el Despacho Oval

El fin de año se enturbia en casa de los Obama a través de titulares de cemento. Por un lado, los pronósticos para 2009 sobre la recesión mundial nacida en EE UU evidencian un año de peores cifras económicas. Por otro, la creciente guerra entre Israel y Palestina ocupa las portadas de medios de comunicación de todo el mundo, mientras se diluyen las esperanzas de un futuro acuerdo de paz definitiva.
Hoy, El País, en su edición digital, transmitía la estimación de Lawrence Summers, a quien Obama ha designado como director del Consejo Económico Nacional, sobre el panorama económico en 2009: «muchos expertos creen que el índice de desempleo podría llegar al 10% hacia fines del año próximo». Quien fuera ex secretario del Tesoro en la administración Clinton, anunció en un artículo de opinión publicado en The Washington Post que la economía estadounidense «podía estar en 1 billón de dólares por debajo de su capacidad plena, lo cual se traduce en una pérdida de ingreso de más de 12.000 dólares para una familia de cuatro miembros».
Si la economía, convertida en la principal preocupación del presidente electo, puede aguarle la cena de Nochevieja —más aún que una tormenta tropical, como la que sufrió este fin de semana en Hawai—, la explosión de violencia en Oriente Próximo parece que le quitará el sueño en reiteradas ocasiones. Según The Washington Post, la crisis diplomática entre Israel y Palestina «echa por tierra las esperanzas de la futura admisnistración Obama para forjar un acuerdo de paz en Oriente Próximo». La escalada de violencia entre países enemigos tumba las aspiraciones diplomáticas del presidente electo, quien en su visita el pasado julio mostró su compromiso con el conflicto: «si alguien atacara mi casa, donde mis dos hijas duermen por la noche, yo haría todo lo posible por parar esto. Espero que los israelíes hagan lo mismo», transcribía The New York Times. Ahora, la crisis en Oriente Próximo es un desafío en la gestión política en el exterior para el nuevo presidente. Sin embargo, el momento de actuar aún no ha llegado. Según el asesor de Obama, David Axelrod «es la administración Bush, la que tiene que hablar por América ahora; no sería apropiado para mí opinar sobre ese tema», reflejaba The New York Times. Ello justifica la actitud desapercibida de la futura secretaria de Estado, Hillary Clinton, desde su elección; así como la del propio Obama, volcado en la lucha contra el declive económico. A la lluvia de familias y empresas en la ruina se ha unido la tormenta de piedras, misiles, balas y muertos en el Oriente más próximo. Todo se acumula ahora en la mesa del Despacho Oval.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Planes de ayuda al recién llegado

Tras acaparar todas las portadas y análisis de medios de comunicación de todo el mundo, el zapateado presidente estadounidense George W. Bush, recoge sus pertenencias de la oficina más importante de EE UU: el despacho oval. A tan sólo un mes de su despedida final, el actual inquilino de la Casa Blanca elabora una serie de planes para ayudar al presidente electo, Barack Obama, a tomar el mando del país en una situación proclive a nuevas «erupciones de la crisis económica internacional», indicaba The New York Times. A pesar de que ha habido intentos de emular la actual transición presidencial con la de hace ocho años, entre Clinton y Bush, portavoces del gabinete demócrata de transición admiten que es imposible establecer semejanzas. «Ahora nos enfrentamos a dos guerras en Irak y Afganistán, y a una lucha encarnizada contra Al Qaeda», admitía Roger Cressey a The New York Times.
Para el equipo de Bush, el nuevo presidente de EE UU podría enfrentarse a «una explosión nuclear llevada a cabo por Corea del Norte, un ciberataque a los sistemas informáticos nacionales, un ataque terrorista o un nuevo brote de inestabilidad en Oriente Próximo» (El País), en sus opening days o primeros días de gobierno. La disposición de ambos gabinetes gubernamentales –equipo electo y equipo saliente– por colaborar en un traspaso de poderes, obstaculizado por el contexto internacional, es absoluta. Ambos equipos mantendrán desde esta semana hasta el 20 de enero reuniones para cerrar algunos ejercicios de poder. Incluso, como señalaba The New York Times, el equipo de Bush ha invitado al futuro gabinete a asistir a la cumbre nacional en la que se reunirán los principales líderes de la nación «para tomar las decisiones bajo un patrón común».

Nuevas incorporaciones
Por su parte, Obama continúa colocando los pilares sobre los que se asentará la nueva gestión política de EE UU. Por un lado, nombra a Arne Duncan como futura secretaria de Educación. «Duncan es la responsable de los colegios públicos de Chicago y está considerada una reformista», detallaba El País en su edición impresa de hoy. Por otro, designa al que fuera gobernador de Iowa Tom Vilsack como futuro secretario de Agricultura y al senador por Colorado Ken Salazar como nuevo responsable de Interior. El Mundo destacaba a Vilack como una figura inestable dentro de la crítica norteamericana. «Sus detractores dicen de él que es demasiado partidario de la biotecnología agrícola pero que no es defensor de la agricultura sostenible». Se trata, sin duda, de nombramientos necesarios, pero que han pasado desapercibidos por la opinión pública estadounidense, al considerarse ministerios poco influyentes en la política de un país. Algo que es radicalmente opuesto en países europeos, como Noruega o Suecia, donde se prima la apuesta por los sectores de la educación y la agricultura.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Obama, la esperanza del cambio climático

El cambio climático necesita de la fuerza del change de Obama. Así lo indicaba el negociador de EE UU en la Cumbre del Clima de Poznan (Polonia) la pasada madrugada. Como indicaba hoy El País en su edición impresa «delegados de 187 países cerraron ayer un acuerdo, estancado en algunos detalles, por el que en marzo los países desarrollados presentarán cifras de reducción de emisiones y que en junio habrá un borrador del texto que en 2009 debe sustituir al Protocolo de Kioto». El nuevo rumbo del liderzgo norteamericano encabezado por el presidente electo, Barack Obama, fue acogido con la esperanza de cumplir algunos de los compromisos establecidos en Kioto, con la certeza de que, a su vez, habrá que renovar los objetivos en la lucha contra el cambio climático en un nuevo tratado. «Ello es un reto de liderzgo y tenemos la enorme obligación de cumplirlo», afirmó John Kerry en calidad de Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE UU, transcrito por The New York Times.
Además de reafirmar la voluntad de la nueva era estadounidense para combatir el cambio climático, la delegación norteamericana recogió el reto lanzado por la Unión Europea, organizadora de la cumbre. «La UE presentó exultante en la ciudad polaca su plan de reducir un 20% las emisiones en 2020 y lanzó el reto al presidente electo de EE UU, Barack Obama, para que en marzo presente un plan de recorte de emisiones y pase la página de Bush», señalaba El País. Sin embargo, el cambio radical en la postura estadounidense depende de la actuación que lleven a cabo al respecto países como China o India. Como indicaba Rafael Méndez, enviado especial de El País, «es importante que India, China, México y Brasil se sumen a los planes contra el CO2». Estas grandes economías emergentes también han mostrado una voluntad de compromiso con el clima: «México ha propuesto reducir sus emisiones un 50% en 2050; Brasil tiene un plan para reducir la deforestación en la Amazonia que supondrá más que todo lo ahorrado por Kioto y China planea llegar al 10% de energía renovable» (El País).
Un nuevo modelo de gestión medioambiental internacional está por venir a partir de la toma de posesión de Obama como presidente de EE UU. Como indica The Washington Post, «La mayoría de los compromisos de Poznan para conseguir un nuevo tratado están ligados a la postura de Obama. Los delegados estaban animados por su compromiso público de reducir en Estados Unidos la emisión de gases a los niveles de 1990 en 2020 y estaban confiados que esta nueva política podría aumentar las posibilidades de lograr un nuevo acuerdo en esta materia».

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Corrupción en Chicago

El actual gobernador del Estado de Illinois, Rod Blagojevich, fue arrestado ayer por la policía norteamericana por un supuesto delito de corrupción. Blagojevich está acusado de intentar vender el cargo de senador de Illinois que quedaba vacante tras la elección de Barack Obama como presidente electo. «El gobernador, que tenía potestad de elegir por Illlinois al sucesor de Obama, intentó "subastar" el puesto a cambio de dinero o de la Secretaría de Sanidad en Washington», señalaba El País en la edición impresa de hoy. La supuesta voluntad de Blagojevich «no era elegir al sucesor. Quería venderlo [...] Exigía a quienes quisieran el escaño que deja Obama un puesto en una ONG, en una organización vinculada a un sindicato o algún consejo de administración que le reportara entre 195.000 y 233.000 euros al año», indicaba El Mundo en su edición impresa. El auto de procesamiento elaborado por el fiscal Patrick Fitzgerald indica que el gobernador demócrata de Illinois «conspiró para benificiarse de su autoridad a la hora de nombrar al sucesor del presidente electo Barack Obama en el Senado de Estados Unidos», subrayaba The New York Times. Junto a Blagojevich, también fue detenido su colaborador, John Harris. Tras 15 minutos de audiencia ante un juez, «ambos firmaron cada uno un bono de fianza de 4.500 dólares, que les compromete a abonar esta cantidad, y quedaron en libertad. Hasta el momento Blagojevich no ha hablado con periodistas, mientras que su oficina emitió un comunicado de prensa donde señala que la gobernación sigue funcionando normalmente», informa El Mundo.
Como indica el diario El Mundo, la detención de Rod Blagojevich ha provocado «un escándalo político de proporciones en Illinois, en momentos en que el gobernador anterior –el republicano George Ryan– cumple una condena de seis años y medio por corrupción en una prisión de Indiana». El editorial de The Washington Post opina que «la mejor solución para el problema del resto de la legislatura en el Estado de Illionois son unas elecciones especiales para asignar el escaño de Obama, como ya propuso ayer el senador senior Richard J. Durbin». Políticos estadounidenses ya se han puesto en marcha para reivindicar la dimisión de Blogajevich como gobernador de Illinois. «50 legisladores ya han propuesto la creación de una comisión de investigación para iniciar un proceso de destitución del actual gobernador [...] Mientras, otros líderes nacionales dentro y fuera de Illinois, al conocerse los cargos contra Blogajevich, impulsaron bajo un lema común su inmediata destitución», destacaba The New York Times.
Este caso de corrupción no es un hecho inusual en Chicago. «Desde los años de la ley seca y el gangsterismo, la principal ciudad del Estado de Illinois no se ha podido limpiar la imagen de nido de sospechosas conivencias [...] Rod Blogajevich puede pasar a la historia como el cuarto gobernador de Illinois en ingresar en prisión en los últimos 35 años» (El País). Como resume The New York Times, desde que en abril de 1996 fuera condenado a 17 meses de prisión al congresista demócrata Dan Rostenkowsky por enviar nóminas a sus empleados a cambio de algunos trabajos personales, la corrupción en la vida política de Illinois ha estado constantemente en todos las portadas norteamericanas.
Obama –a quien el fiscal ha eximido de cualquier vinculación con el delito de corrupción– ha declarado sentirse "entristecido y aflijido" por el caso. Más aún, cuando tiene que despedirse del Estado por el que ha trabajo tantos años, para ocupar la tarea de manejar el país durante los próximos cuatro años.

lunes, 8 de diciembre de 2008

En busca del respaldo latino

Tras la elección de Hillary Clinton como nueva secretaria de Estado, Barack Obama ha confirmado su deseo –papel de plata de una responsable estrategia– de otorgar la importancia que merece la creciente población hispanoamericana en EE UU. Aunque la rivalidad Obama-Clinton en las elecciones primarias del partido demócrata ha quedado totalmente diluída actualmente, los sectores que apoyaban a ambos candidatos aún siguen otorgando una marcada preferencia por uno u otro de estos antiguos rivales, ahora convertidos en principales mandatarios del país. Esa lucha entre demócratas quedó polarizada por dos sectores especiales de la sociedad nortemericana, cuya relevancia ha ido creciendo en la última década hasta quedar evidenciada en su totalidad en las pasadas elecciones presidenciales del 4 de noviembre. Hillary Clinton poseía el apoyo de los latinos, sin embargo, la fuerza de la masa negra levantó el país en busca de un nuevo rumbo. Ahora el presidente electo de EE UU quiere representar la unión de todos los sectores poblacionales, a través de un ejercicio de cesión de responsabilidades considerado por los analistas de inteligente, prudente y necesario.
La última presentación de futuros cargos ha sido la de Bill Richardson como futuro secretario de Comercio. «Richardson, cuya madre era mexicana (y sus antepasados asturianos) se dirigió en castellano a los medios de comunicación», indicaba El Mundo en su edición impresa del pasado 4 de diciembre. El actual gobernador de Nuevo México es el representante de la cultura hispana estadounidense fruto de largas épocas de inmigración.
La población surgida de los fenómenos migratorios en EE UU es hoy una sociedad de relevancia equitativa a las de otras en Norteamérica. El País, en su edición impresa del pasado día 5 de diciembre, mostraba con el reportaje De La Paz a la guerra de Irak como una persona nacida en la pobreza de Lationamérica –en este caso en los suburbios de la capital de Bolivia– puede alcazar sus sueños de estudiar una carrera universitaria emigrando a Estados Unidos y pasando una temporada defendiendo los intereses de su nuevo país bajo el uniforme de soldado norteamericano en Irak.
Obama, cuyos orígenes también están ligados a la inmigración estadounidense –su abuelo fue un keniata represaliado en el siglo XIX por el Imperio Británico–, ya no responde ante un sólo sector racial de la población norteamericana. Como sostiene Marie Arana en su artículo Barack Obama no es negro. También es medio blanco –publicado en El Mundo el pasado jueves día 4–, «Obama es un puente entre razas, un símbolo vivo de la tolerancia, una señal de que las estrictas categorías raciales deben desaparecer [...] Norteamérica ha tardado mucho tiempo en reconocer su mezcla racial».
Es por ello que, pasado un mes desde su elección como futuro presidente de EE UU, mantiene el respaldo mayoritario de la nación. «El 78% de los estadounidenses aprueba cómo Obama está llevando a cabo la transición, según un sondeo de USA Today [...] El 69% cree que el presidente electo ha hecho lo correcto al nombrar a su antigua rival Hillary Clinton secretaria de Estado», indicaba El Mundo. Sin duda, la evidencia de que la hermandad de sectores poblacionales estadaunidenses, entre ellos el de los latinos, es una tendencia imparable. Más aún dado que, tal como sostiene Marie Arana, «la población latina de EE UU continúa siendo la vanguardia de la mezcla interracial».

martes, 2 de diciembre de 2008

El timón de la seguridad nacional

Norteamérica toma el timón de un barco sumido en tempestades, «es hora para un nuevo comienzo del liderazgo americano». El presidente electo de EE UU Barack Obama presentó este lunes 1 de diciembre al que será su nuevo equipo de seguridad nacional. Tal como ya hizo la semana anterior, el futuro inquilino de la Casa Blanca hizo gala de los rostros que compartirán con él las responsabilidades del país a través de una rueda de prensa celebrada en Chicago. Una cara conocida en el mundo de la política mundial brillaba con un esplandor esperado, pero, sin duda, inusual. Se trataba de la ex primera dama Hillary Clinton, quien tras caer derrotada en las elecciones primarias del partido demócrata fue posicionándose en las quinielas de futuros cargos gubernamentales que acompañarían al cargo de Presidente, en el caso que lo ocupase su ex rival Obama. Clinton ocupará la secretaría de Estado, uno de los despachos con más influencia y representatividad de las labores de gobierno. Junto a ella, estaban Eric Holder, que será el nuevo fiscal general (ministro de Justicia); James Jones como futuro Consejero de Seguridad Nacional; Janet Napolitano quien ocupará la cartera de Seguridad Interior y Susan Rice, futura embajadora de EE UU en la ONU.
Obama se propone en su nueva etapa retos importantes a nivel de política exterior y diplomacia. «Tenemos que perseguir una diplomacia vigorosa, utilizando todas las herramientas que podamos para construir un futuro con más socios y menos adversarios», transcribía El País ante las palabras del presidente electo. Tal como destaca éste diario, la prioridad de Obama es reconstruir un panorama diplomático malherido tras ocho años de administración Bush. «El equipo de seguridad nacional de Obama se enfrentará a la tarea de retirar las fuerzas estadounidenses desplegadas en Irak, afrontar un resurgimiento de los extremistas talibán en Afganistán, y reconstruir la imagen de Estados Unidos en el extranjero» (El País). Junto con la retirada de Irak, el presidente electo se propone afrontar una fuerte escalada en el conflicto armado de Afganistán. «La situación en Afganistán está empeorando. La situación en el Sur de Asia es en sí misma la más peligrosa [hoy] para la seguridad del pueblo americano», publicaba El Mundo en palabras de Obama. Además –como señalaba El Mundo–, el futuro presidente de EE UU quiso aludir «de forma indirecta a esa situación al hablar de "los santuarios de terroristas en el Sur de Asia", en una nueva referencia velada a las regiones autónomas pakistaníes de Waziristán del Sur y del Norte y Baluchistán».
En definitiva, Obama vuelve a rodearse de un equipo que afronta con entereza y responsabilidad un nuevo rumbo lleno de obstáculos en la calzada, escogiendo a los mejores para conseguir el mejor resultado, a pesar de que ello merme la velocidad del proceso revolucionario prometido en campaña y poco a poco diluído en las últimas semanas. Como indica The New York Times, «Obama ha elegido personalidades fuertes con opiniones contundentes». Como ya adelantaba el analista, Carlos Mendo el 28 de noviembre en la edición impresa de El País, Obama se ha rodeado de los necesariamente mejores con gran experiencia en asuntos de gobierno y, en este caso, en política de seguridad nacional, ¿para cuándo el cambio y nuevas caras?: «tarea hercúlea para el nuevo presidente, si, como dijo el martes en Chicago, pretende ser no sólo el timonel, sino también la tripulación del barco llamado Change»

Más información:

-Así es el nuevo equipo de Obama, El Mundo
-Hillary Clinton y la nueva diplomacia. El País (audio), El Mundo
-Obama-Hillary: resolviendo los porqués. The Washington Post
-Discurso de Obama. Lunes 1 de diciembre. The Washignton Post (vídeo), The New York Times